abril 08, 2010

Que yo no tengo la culpa

de ser tan caprichosa, de comer en la Austriaca, de comprarme luego en la Casa del Libro Bodas de Sangre, de sentarme en la fuente de la Puerta del Sol bajo el mismo a leer y de que se me pegue un chicle en mi pantalón nuevo. Que yo no tengo la culpa, que la culpa es de la tierra...