agosto 22, 2010

y no me queda nada

han ido pasando los años y luego los meses y ya no queda nada. Diez años dura el viaje o la condena. No  pienso soltar el clavo que dejará de arder. Desde mi celda la odisea la llevé siguiendo una senda. Cuando era más joven no viajé en sucios trenes que iban hacia el norte porque el miedo me tenía atrapada de pies y manos y terminé desposándolo, y cuando más relajado, zas! cianuro en el café.